Esta mañana fuí a la Capilla del Hospital del Niño Jesús a oir misa. Me gusta la misa de 12, me resulta diferente, nada monótona y muy cercana.
En los pasillos me crucé con un niño que le llevaban tumbado en la cama. A su lado caminaba una mujer con cara de preocupación. Un poco más lejos una niña de poquito mas de un año con su pijama de hospital, empujaba su cochecito de muñecas...
Son días de relajación, de descanso, de vacaciones, de calor... pero que esto no nos haga olvidar a todos los que sufren por la enfermedad, en especial a los niños.
No nos olvidemos de rezar por ellos. No nos llevará más de un minuto.
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