El minarete lo encontramos adosado al edificio.
La persona que me ha atendido muy amablemente me ha indicado donde se encontraban las salas donde rezan los hombre y en el piso superior donde lo hacen las mujeres.
A través de la celosia podemos apreciar la lámpara de bronce, los ejemplares del Corán y en el centro donde el imán dirige los rezos.
Como suelo decir casi siempre, merece la pena visitar.
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